
El joven e inestable emperador decide acabar también con la vida de Maximus y de toda su familia porque les considera una amenaza para mantenerse en el trono de Roma. Pero sólo consigue acabar con su mujer y su hija. Vendido como esclavo, Maximus solo tiene una salida: convertirse en gladiador.
Desde la arena del circo se alza como héroe del pueblo romano y ve más cercana la posibilidad de ejecutar su venganza contra Cómodus.